Cuando todo estaba estático, fijo, quieto.
Después de casi 25 años de la última primavera.
Cuando todos pensaban que te habías muerto, que habías desaparecido, que ya no tenias sentido ante la contundencia del discurso único.
Cuando quedaste sujeta y atada al poder económico.
Cuando te amordazaron los medios hegemónicos, apareces nuevamente.
A veces suave, a veces violenta
A veces soberbia, a veces tolerante
Rompiendo todas las barreras, todos los discursos
Avasallando a todos los eruditos
Sin preaviso, como en el bicentenario dejándonos anonadados
Irrumpís en nuestras vidas, en la de los comunes, en los bares, en el colegio y las universidades, en las canchas de futbol, en las charlas con amigos, en el trabajo diario.
Emerges del sepulcro a donde intentaron dejarte olvidada algunos traidores.
Ya no hay tinta que te tape, ni papel que te absorba.
Sos un inmenso mar, un huracán furioso que sale de lo desconocido y trae nuevos vientos.
Venís a cambiar la realidad, a cambiarnos, a empujarnos al abismo, a obligarnos a decidir y a tomar posición.
A decirnos: ¿Hey, vos, Humano, de que lado estas?
De repente nos rompes la cabeza, nos entras y te fugas con todos los grises y nos dejas en
blanco o negro.
Nos arrinconas y por momento no te queremos.
Pero la línea divisoria es muy angosta para quedarse ahí, no entramos todos, es un fino lugar para unos pocos privilegiados y nos vemos obligados a pensarnos, a elegir, porque sino elegimos el temblor no civilizado de tu terremoto va a elegir por nosotros y nos va a tumbar para alguno de los lados.
Respiro el aire fresco y empiezo a tenerte, a atraparte nuevamente.
¡¡Gracias Libertad!!
¡¡Gracias por volver!!