ESTOY ENOJADO, MUY ENOJADO
A veces, determinadas actitudes me desconciertan. No logro
entender el motivo, la necesidad de ellas. No comprendo su porque y me cuesta
mucho trabajo encontrar una explicación de sentido común.
Las últimas noticias nos hablan de la posibilidad de votar a
los 16 años y de la retención del 15% en
las compras con tarjeta de crédito en el exterior. Ambas medidas están viciadas por los mismos rasgos, la soberbia y la poca humildad de reconocer
los errores. Por otro lado son temas polémicos
que no suman, solo fastidian y son impulsados por vivir en un microclima que
les obnubila, por momentos, la buena razón
que han inspirado e inspiran en general las buenas decisiones que este gobierno
y el anterior vienen tomando en beneficio de las mayorías.
¿Esta claro que “todos” podemos equivocarnos? ¿Los políticos
entran dentro de este “todos”? ¿o ellos no se pueden equivocar? ¿Esta claro que
podemos pedir disculpas por un error? Estas mínimas cuestiones que son parte de
todos los días, de nuestra convivencia familiar, laboral o comunitaria ¿no córre
para los elegidos por nuestro voto? ¿Qué
son, de otro planeta?
La búsqueda del voto de los menores de 16 años, tiene un
objetivo electoral y político y no es una cuestión de derechos. Puede haber algún
estudiante secundario que tenga la madures para tomar una decisión tan
importante como elegir un representante pero no son la mayoría, darle esta
posibilidad, y convertirlos en ciudadanos plenos, dejaría abierto el camino
para la baja de la edad de imputabilidad en los delitos. En este manotazo mezquino de sumar unos votos
mas, queda al descubierto el camino que falta recorrer para pasar de una
democracia formal, que define sus candidatos cada 2 o 4 años, a una democracia
real donde la participación sin distinción de edades se de todos los días y en
las organizaciones naturales de cada sector (estudiantes, vecinos, trabajadores
etc). La necesidad del voto a los 16 es una necesidad de la militancia y quizás
estaría bueno que pudieran votar antes de los 16, pero no es una cuestión inspirada
en el respeto a los derechos de las mayorías. Por eso me da la sensación que el
tema esta presente en un sector militante y activo de la sociedad que vive por
momentos un microclima en donde piensa que lo que ellos sienten es lo que
sienten los mas. Este vicio de la política
y de su sector dirigente ya nos ha traído graves problemas en el pasado y no
podemos dejar que vuelva a ocurrir que un grupo o vanguardia esclarecida
empiece a alejarse de las necesidades mas urgentes del pueblo. No tiene sentido
discutir esto ahora. En los barrios, o en el territorio como lo llaman, no es
una necesidad votar a los 16. El pueblo, la gente común tiene otras prioridades:
el trabajo, la vivienda, educar a sus
hijos y que estén sanos. Nada mas que eso necesita para ser feliz.
El la misma dirección, aplicar el 15 % a las compras de las
tarjetas de crédito en el exterior es apuntarle directamente a un sector que no
encontró, ni encuentra una inclusión económica
en el sistema, los monotributistas o cuentapropistas pequeños. Según Echegaray
es 0.1 % de la gente que viaja al exterior. ¿Cuale es? No entiendo, ¿me perdí
algo? Es poner en la opinión pública un tema que como el anterior muestra la
ineficacia de la AFIP en el control de este sector dentro del territorio
argentino. Es darle carne fresca a los Leones (los medios) que esperan gustosos
estos platos servidos. Es lógico que entre tantas medidas buenas, según mi
punto de vista, se escapen estas. Pero porque no ir para atrás, cual es el
problema de reconocer que esta mal o que no es el momento de su debate y verse
en la obligación de hacer un esfuerzo enorme por defender algo que no es tan
necesario ahora.
Ayer hablaba con mi hermana, ex directora de escuela pública,
con una trayectoria intachable, que ha dado mucho mas a la sociedad, que muchos
funcionarios que salen por los medios a defender lo indefendible y me decía:
ESTOY ENOJADA, MUY ENOJADA. Te digo
hermana: YO TAMBIEN ESTOY ENOJADO, MUY
ENOJADO.