miércoles, 16 de noviembre de 2011

Y la tierra cayo muerta ante tus pies

Sangre a borbotones corrió por tu voluntad, 
Madres sin hijos, hijos sin madre, 
Padres de la nada dejaste en tu camino, 
Bosques y mares, 
Montañas y ríos, 
Civilizaciones enteras cayeron en tus garras. 
Vestido de ángel, como hombre santo nos engañaste para llevarnos al agujero oscuro y frio donde caen tus despojos. 
Dominaste todo, 
Conquistaste todo, 
Muerte, asesinato, tortura y miedo. 
Codicia, estupidez y soberbia. 
Ya en la cumbre más alta de un cementerio universal y apocalíptico, giraste solitario, miraste hacia atrás, y en una ceremonia desgraciada viste a la tierra caer muerta ante tus pies. 
Hoy, las almas de todos tus muertos están buscando un lugar donde volver a empezar. 
Se juntan, reconocen y funden como iguales en nuevas experiencias. 
Vos no nos ves porque somos la esencia invisible. 
Nosotros a vos sí. 
Y un recuerdo vivo de tu rostro tieso nos acompaña en el camino.