miércoles, 12 de mayo de 2010

Anecdota de futbol

Luis caminaba con su hijo Santiago de 10 años por Boedo, cuando de repente se cruza con un tipo, de cara conocida. Le dice a Santi:
.-Yo a este lo conozco, es un hincha de Boca.
.-Pa, ¿y de donde conoces vos, a un hincha de Boca?
.-Aunque no me creas de abajo de un colectivo.
.- ¿¡de debajo de un colectivo?! (Exclamó Santi)
¿Querés que te cuente una historia, Santi?
.-Si, dale Pa.
Saltaban como locos hasta no dar mas, alentando a los equipos. Domingos de gloria, cosquillas en el estomago antes de entrar al estadio, los trapos siempre listos.
Hoy vamos al clásico papa, le dijo el Cuchu a su compañero de viaje, habían pateado desde el barrio, hasta Puente Uriburu unas 20 cuadras, porque el 9 cada vez que pasaba estaba hasta las manos. Para que sea mas corto, agarraron costeando la vía hasta Pampa, casi en el puente, si loco, ¡esto es Pampa y la vía!, sino sos lugareño, acá, perdiste. No todos se animan al atajo ya que a los costados de los rieles del ferrocarril, hay unos asentamientos, o como decimos en la esquina,” la villita”, casitas de chapa o cartón llenas de pibes que le tiran piedras al tren, como en venganza por el quilombo que hace en sus cabezas cada vez que pasa. A más de uno, se le cayó la casa en el balero por el puto tren. Llegaron a la parada del 15, tipo 13,30 hs. Y ahí, ya vieron los primero colores de los amigos y de los otros. Hicieron la cola todos mezclados, hablando de las formaciones, si jugaba este o aquel, que pin, que pan. Ya en el kiosquito de la esquina se habían clavado la primera birra y como el bondi tardaba tanto en salir, el cuchu le dijo al cabezón: “Quedate haciendo la cola que voy a buscar otra, y no seas boludo, que no se te cole nadie pajero.” El cabezón asintió con la cabeza y saco pecho por la responsabilidad que le habían encargado y mas viniendo del Cuchu que era mas grande y capo de la hinchada. Al Cuchu lo conocían todos, y no va que se encuentra con uno camino al kiosco y se queda de charla. Al toque el chofer le dio arranque al colectivo y los negros empezaron a subir, yo avanzaba a medida que iban subiendo y cada vez tenia mas cerca el pasamanos y ahí tendría que decidir que hacia: dejaba pasar a los de atrás, ir a buscar a Cuchu y perder el lugar o subir. Ya le había gritado un montón de veces y ni bola, estaba tan metido en lo que estaba hablando con el otro que nada. Llegue al estribo aguante un toque mientras estiraba el cogote a ver si venia y ahí recibí la primera puteada: “Correte del medio nabo, ¿subís o no, querido?”Y gue, me mande pa arriba, saque boleto y le dije al fercho: “dos hasta el monumental de Núñez”, corrí por el pasillo hasta el ultimo asiento de dos, me puse del lado de la ventanilla, puse los trapos en el asiento de al lado para que nadie se siente, abrí la ventanilla y empecé a gritarle al Cuchu “Dale Cuchu, ya te saque boleto, apurate que se va el bondi”. Una y otra vez hasta que por ahí veo que gira la bocha y me ve, empieza a correr, el cole ya en marcha, le grito otra vez lo mismo y me grita con la su vos ronca típica de tanto cántico y fatigado por la corrida: “metete el boleto en el culo pelotudo, porque no hiciste que me esperaran”. Esa frase, fue mi pasaporte de salida de los borrachos del tablón y un espaldarazo para que mi proyecto de matón de barrio se vaya al carajo. Metí la cabeza adentro, cerré la ventanilla y ahí vi los trapos, mamita, ¿que carajo hago?, un pendejo boludo con los trapos de la hinchada, solo, sin el Cuchu, me iban a liquidar y a tirar en pedacitos por la puerta de atrás, ¡Que cagada! O me hacia el gil como que eran de otro, o me hacia cargo. Me hice cargo, agarre las banderas y le digo al gordo de 2 metros, que estaba parado y transpirando como un cerdo: Che, amigo, te guarde el lugar ¿no te vas a sentar?, ¿querés la ventanilla? El gordo que había visto toda la situación asintió y murmurando socarronamente “amigo”, tomo asiento. Zafamos, pensé, pero todavía había que bajar y llevar las banderas donde iban, tenia todo el viaje para pensar y chamullarme al gordo para hacerlo amigo.
.-Che, gordo, de donde sos?
.-Que carajo te importa, pedejo
.-Heee, que mala onda chabón, te doy el asiento y así me contestas,
Solo preguntaba. Yo soy de Alsina, y si no me queres decir de donde sos tabien.
Saque el paquete de fasos del bolsillo de la camisa y le pregunte en un segundo intento:
.- ¿fumas?
.-Si, pero rubios. Aparte acá no se puede fumar nene.
(Cayó en la trampa, pensé, minutos antes había visto como el chofer se prendía un cigarro)
.-Tenes razón gordo, pero como vi que el fercho se prendió uno.
(Al toque, levanto la mirada y vio que lo que le decía era cierto.)
.-¡Te parece!, como queres que la gente no fume arriba de los colectivos si el tarado este no da el ejemplo. (Dijo)
.-Si, tenés razón, gordo, hay que ponerle los puntos al logi este.
Y ahí nomas lo empezamos a carajear al tipo, que no tuvo más remedio que tirar el faso por el ventilete.
Nos miramos, con MI amigo, el gordo y sus labios dibujaron una sonrisa.
Enseguida me dijo:
.-Soy de Fiorito, de donde salió el pibe este que la esta rompiendo en Argentinos. Y no me digas mas, gordo (sentencio), me llamo Mingo.
.-Yo soy Luis, pero me dicen el cabezón, y decime como quieras(le estire la mano para saludarlo, me miro con desconfianza, se rió, y estrechando su manota con la mía me dijo:)
.- Como me enganchaste, pendejo
Hablamos de mil pelotudeces, de esas que uno habla con alguien que recién conoce, del clima, del futbol, de minas, que se yo, hasta que llego la hora de bajar.
Mingo, el gordo, me acompañaría hasta la cancha y entraría conmigo. Una vez que pasamos los controles, los trapos eran nuestro salvoconducto hacia la popu sin obstáculos. Esto es re groso, cuando desplegas las banderas y encaras para la tribuna, se empiezan a encolumnar detrás tuyo un muchedumbre desenfrenada de gente que te sigue para donde vas, si a alguno se le ocurriera dar vuelta en círculos, seguro que lo seguirían.
Encaramos para las tribunas, al lugar de siempre, donde se coloca la hinchada, nadie se percato de la ausencia del Cuchu, solo a Álvaro, (otro de los jefes)lo escuche que preguntaba por él. Se ve que aparte de algunos trapos, el Cuchu, traía alguna otra cosita para echar humo. Yo, me hice el boludo y me aleje un poco, cosa que cuando llegara Cuchu no me viera. Igual a esa altura ya iría por la quinta birra y seguro ya se había fumado un par de caños, así que su estado de reconocimiento de personas sería bastante malo.
.-Santi: te la hago corta, porque el partido no valió la pena, solo me acuerdo que perdimos 2 a 1 con goles de no se quien.
A todo esto, empezó todo un movimiento raro en la tribuna, y se corría la voz que a la salida nos íbamos a enfrentar con la hinchada de Boca.
Cuando terminó el partido, todos empezaron a pelar los palos, algunos un par de puntas y arrancaron en busca de los otros. Ni bien salimos de la cancha, al ritmo que levantaban las baldosas de las veredas para hacerse de piedras, empezamos a correr hacia un lugar donde los capos habían acordado la batalla. Te cuento esto como una película porque sin querer queriendo sos parte de una masa que se moviliza por fuerza propia y de repente te encontras haciendo cosas que nunca te había imaginado. Bueno, la cosa es que llegamos a la esquina de xxxx y xxxxx y ahí vimos a los Bosteros. Al compas de gritos y puteadas amenazantes las dos hinchadas avanzaban sin pausa desplegando cada una de ellas un frente de ataque que ocupaba toda la calle, de vereda a vereda. Cada vez mas cerca, cada vez mas cerca, hicimos un alto, empezamos con las piedras que traíamos y a devolver las que nos tiraban, los otros hacían lo propio, los gritos y la euforia al ver los primeros heridos nos enroscaba en un espiral de furia y odio cada vez mayor hasta que empezamos a avanzar para el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, y de repente, cuando estábamos a punto de cruzarnos, zas, LA MONTADA, los gases y a correr de verdad, todos mezclados Gallinas y Bosteros en una misma dirección. Yo corría a la par con un Bostero y teníamos caballos a los costados a punto de agarrarnos y de frente un colectivo parado, a los costados no podíamos ir, así que nos tiramos como veníamos debajo del bondi y ahí nos quedamos, nos acomodamos bien en el medio, acurrucaditos, mirándonos el uno al otro, cagados en las patas, esperando que pasara todo el quilombo, (Vos pensa que hasta hace un rato, nos íbamos a cagar a trompadas y ahora estábamos cara a cara como dos hermanitos que comparten la cama)
Mira, no se que paso, pero la corrida pego la vuelta y cuando vimos que todo estaba mas o menos tranqui salimos. Obvio, que no nos íbamos a saludar ni nada, pero nos relojeamos medio de cote y levantando las cejas nos despedimos. Esperé ver para que lado agarraba y yo le metí para el lado contrario.
.-Bueno, Santi, el tipo que paso recién es ese Bostero del bondi. Que loco, no?
.-Pa, y el Cuchu y el Gordo?
.-Ah, Santi, estas revivo con la historia
.- Al Cuchu no lo vi mas, porque decidí alejarme de todo ese bardo y El Gordo, es tu tío Mingo. Al final me hice re amigo y me termino presentando a la hermana. Tu vieja, boludin.
.-Pa, no me digas boludín
.-Discúlpeme, Sr Boludo (acariciando su cabeza)
JA,JAAAAA (risa de ambos)

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